Sus raíces provienen de los antiguos esclavos africanos, pero que ahora es un género universal.
Se caracteriza por la improvisación del artista; la partitura casi ni se escribe. Solo se escribe la harmonía y poca cosa más. Tiene una sonoridad muy característica ya que intentan imitar con los instrumentos las voces, ya que antes no tenían instrumentos.
El ritmo es lo más importante, utilizan el sincope, recurso que permite cambiar el acento, se acentúan los tiempos débiles en vez de los fuertes y que no se parece en nada a la música occidental.
Scott Joplin – The Entertainer